Descripción

Un diario no se puede reescribir, porque hacerlo sería vestir lo que fue con recuerdos mentirosos. Lo que sí se puede es afilar las palabras con la herramienta de la experiencia y el aprendizaje del tiempo para ayudar a aquellos que fuimos a contar con certeza aquello que fue. Es lo que hace en esta revisión de su primer libro Rayden con las cuatro estaciones que lo componen: afinarlas como quien afina un piano y componer la última estrofa de una canción que empezó a sonar ocho años atrás.

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