Descripción

En los primeros años del siglo veinte, unas sentencias injustas hacen que el jovencísimo letrado Francisco Agramonte abandone desengañado la abogacía. Gracias a su amistad con los hermanos José y Eduardo Ortega y Gasset, se emplea como secretario de su padre, José Ortega Munilla, en «El Imparcial». Asume también por un corto espacio de tiempo, y tras el suicidio de su fundador, la dirección de «El Cuento Semanal». Finalmente en 1910, gracias a los Ortega, ingresa en la carrera diplomática.
Desde entonces hasta su jubilación cuarenta años después, discurre su vida en escenarios de cuatro continentes: Grecia, Turquía, Egipto, Japón, Guatemala, Suecia, China, Yugoslavia, Argentina,… y la Alemania de Hitler.

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