Descripción

La prisión Lecumberri, apodada “palacio negro”, fue inaugurada el 29 de septiembre de 1900 y cerró sus puertas 75 años después. En 1982 se convirtió en el Archivo General de la Nación (AGN), que contiene algunos de los documentos históricos más antiguos de América.

Efectivamente, la ex-penitenciaría Lecumberri tiene una historia terrible. Trató de emular el modelo americano conocido como Filadelfia, por demás estricto y donde prevalecían la soledad y el silencio, y tuvo como huéspedes memorables a personajes famosos de la política y la vida cultural, académica y artística del México del siglo XX.

Los terrenos en los que fue construído el edificio le fueron comprados a un español de apellido Lecumberri, y la construcción proyecto se encargó a los ingenieros Antonio Torres Torija, Antonio M. Anza y Miguel Quintana. Se utilizó el diseño patentado por el inglés Jeremías Bentham: el principio del panóptico que sostiene que un vigilante en la torre central, mediante el efecto de contraluz, puede captar las siluetas de los prisioneros en todo momento.

El diseño de la penitenciaría contaba con un área de gobierno, servicio médico, salas de visita y galerías distribuidas de forma radial o de estrella. En el centro se construyó la torre de 35 metros.

Se planeó que albergara a un máximo de 1400 reos, en mayor número hombres. Cada galería recibía el nombre de crujía (un corredor largo con cuartos o celdas situadas a ambos lados). Las celdas eran para un solo preso con cama y baño. En cada crujía habría una celda de castigo con puertas de hierro y una pequeña mirilla. En total, había en Lecumberri 804 celdas. En 1908 se hicieron ampliaciones y llegó a tener una población de 3800 internos, aunque extra oficialmente se sabía que podía rondar los 5000.

Durante la Decena Trágica, en 1913, el presidente Francisco I. Madero, así como el vicepresidente José María Pino Suárez, fueron asesinados cuando eran llevados para ser encarcelados en Lecumberri…

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